Este proyecto, gestado por la Secretaría de Investigación, Extensión y Vinculación de la Universidad Nacional de los Comechingones, cobró vida con la colaboración de estudiantes, docentes, nodocentes e incluso instituciones externas. Su objetivo: abordar los desafíos ambientales y sociales que enfrenta esta región, mientras se fomenta la participación comunitaria y se promueve la conservación del entorno natural.
El concepto detrás del Antropo-Plogging es simple pero poderoso. Mientras los participantes recorren los senderos del Bajo de Véliz, no solo se dedican a recoger los residuos que encuentran a su paso, sino que también registran y documentan información socio-ambiental relevante. Este enfoque holístico no solo ayuda a limpiar el paisaje, sino que también proporciona una comprensión más profunda de los problemas ambientales y sociales que enfrenta la comunidad local.
El día 13 de abril marcó el inicio oficial de esta iniciativa, a pesar de un pronóstico poco alentador. Sin embargo, el compromiso y la determinación de los participantes superaron cualquier obstáculo climático. Equipados con la camioneta de apoyo de Merlo Aventura, el grupo se adentró en los valles, recolectando un total impresionante de 74 kilogramos de residuos a lo largo del día.
“Partimos a las 8 de la mañana, en caravana con la camioneta de Merlo Aventura de soporte y llegamos al lugar indicado”, dijo el docente de la UNLC Marcos Deltetto, director del proyecto.
En ese sentido, Deltetto explicó que “la primera parada fue en las cuadreras. Allí, detuvimos la camioneta de soporte, y comenzó la primera instancia de recolección. Luego se continuó hasta lo de “chiquito” Fernández –lugareño- quien nos brindó lugar para refugiarnos de la lluvia. En cuanto esta disminuyó su intensidad, se dio paso al segundo segmento de recolección, que intentaría llegar hasta la siguiente vivienda, para conocer a sus habitantes”, detalló.
Asimismo, Deltetto contó que “el plogging, es un deporte en el que en la medida que se recorren senderos caminando o corriendo, se van recolectando los residuos que se encuentran y posterior a ello, se disponen en centros de tratamiento, quitándolos del medio natural. A esta palabra o deporte ya conocido, se le agregó la palabra “antropo” con la intensión, de que pudiendo realizar este deporte, se pueda obtener información socio ambiental del lugar, para generar proyectos y así mejorar la calidad de vida de estas personas”.
Pero más allá de la cantidad de desechos recogidos, lo más notable fue el espíritu de colaboración y la conexión entre los diversos actores involucrados. Desde los lugareños que compartieron sus historias y costumbres hasta las y los estudiantes universitarios ávidos de aprender y contribuir, el Antropo-Plogging se convirtió en un verdadero ejemplo de trabajo en equipo y compromiso con el medio ambiente.
Los resultados de esta jornada no solo se limitaron a la cantidad de basura retirada del entorno natural. También se recopilaron datos valiosos sobre la presencia de especies nativas, la gestión de residuos en las viviendas locales y las posibles problemáticas ambientales que enfrenta la región. Estos datos servirán como base para futuros proyectos y políticas destinadas a mejorar la calidad de vida de los habitantes del Bajo de Véliz.
El Antropo-Plogging no es solo una actividad esporádica, sino una oportunidad para promover un cambio duradero. Con la esperanza de que esta iniciativa continúe creciendo y atrayendo la atención de más profesionales y voluntarios.
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